martes, 29 de marzo de 2011

FOTOGRAFIAR EL CIELO




El cielo, tantas veces inmóvil en nuestras fotografías, es un elemento fotográfico con gran capacidad de sugestión. Las nubes y las horas lo transforman contínuamente. Se convierte de una tonalidad rosa al alba, azul intenso durante el dia y rojo intenso a la puesta del sol. Nubes suaves y nubarrones tempestuosos visten de forma elegante y espectacular una composición fotográfica, en las cuales se puede hacer navegar lo inimaginativo y producir una fantasía majestuosa.

Las nubes, delante del sol crean fuertes contrastes.

Fotografiando el crepúsculo




La imagen por excelencia, la puesta de sol, colorea con tintes cálidos. Ideal para siluetear un plano o imagen. Las imágenes más interesantes se toman cuando las nubes cubren parcialmente el sol creando así un fuerte contraste. Las aguas en el crepúsculo se reflejan cómo un espejo y se funden en el cielo.

Fotografiar rayos, arco iris





El arco iris: Los magníficos colores del arco iris son producidos por la refracción de los rayos del sol, en las diminutas gotas de agua suspendidas en el cielo. El mismo fenómeno se puede ver cerca de alguna cascada o de una fuente. Para una correcta toma fotográfica, hay que valorar la luminosidad del cielo y efectuar más de una exposición.

Rayos: Los rayos son particularmente difíciles de fotografiar. La cámara debe estar montada sobre un trípode y orientada en dirección a la parte del cielo de donde se producen frecuentemente descargas eléctricas, o más bien dicho destellos. El obturador deberá permanecer abierto hasta la desaparición del destello. Si se dispara en un momento cualquiera y se mantiene el disparador pulsado, es decir, el obturador abierto, en el instante en que aparece un relámpago éste se imprime en la película y se deja de disparar. Si se desea, se pueden combinar varios relámpagos manteniendo el disparo durante el tiempo necesario para que aparezcan éstos o utilizando multiexposición.

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